domingo, 23 de agosto de 2015

De lo espiritual a lo cotidiano

Entonces Jesús dijo: «Está bien: cuando un maestro en religión ha sido instruido sobre el Reino de los Cielos, se parece a un padre de familia que siempre saca de sus armarios cosas nuevas y viejas.» Mt 13, 52

El pescador, los viñedos, el trabajo, el jornal, el grano de mostaza son los elementos con los que Jesús enseñaba. Me impresiona ver cómo Jesús baja a un plano tan sencillo las enseñanzas de las escrituras, empezando por Moisés y siguiendo por los profetas. (Lc 24, 13-35)

¿Qué habrán visto los ojos de Jesús en el día a día? Él habrá contemplado todo desde el reino de Dios y me imagino a él guardando cada detalle en su corazón para luego llevarlo a sus enseñanzas. 

Aplicado esto a nosotros los misioneros, catequistas o cualquier persona que se encargue de evangelizar, existe un peligro, prestemos atención a la secuencia, primero debemos ser instruidos sobre el reino de los cielos y luego predicar en todo momento, cuántas veces ajustamos a Dios a nuestro percibir o sentir y no nos ajustamos nosotros a Dios, creyendo que sabemos lo suficiente o diciendo que hay cosas de las enseñanzas de la Iglesia que no nos interesa, o peor excusándonos con el "yo de eso no sé nada".

Podemos terminar absorbidos y mareados por un relativismo causado por la ignorancia.

Si bien el "kerigma" es el anuncio del evangelio con la propia vida, es un estilo de enseñanza y proclamación que hace una persona, que es claro y vivencial. No olvidemos que para un católico son tres las bases de su fe y base de toda enseñanza o transmisión de mensaje;
1. Palabra
2. Tradición apostólica
3. Magisterio de la Iglesia

Podemos caer en lo dulce de hablar de lo que "yo" pienso de Dios, de cómo es mi vida y hasta del placer que da seguirle. Pero hoy te invito a ver y que analices cómo está tu proceso de formación, lectura de la palabra, y conocimiento de la Iglesia. Si la verba no va sostenida por esos conocimiento del reino de los cielos, hablamos más de nosotros que de la Iglesia. Cuando nuestro discurso busca estar en paz con todos, buscamos al mundo y no la verdad. 
¿Por qué? Porque si bien Dios es Padre y sale a nuestro encuentro, la presencia de Cristo tiene poder de interpelarnos, denunciarnos... y de invitarnos a dejar todo y seguirlo. Esto siempre crea tensión entre el emisario y el receptor. Santa Bernadette decía "vengo a informar y no a convencer". El católico será perseguido, porque Jesús no es del mundo, que tu presencia llena de paz y si es necesario que además incomode.

Para poder quitar lo viejo y lo nuevo (fe misma de siempre, las luces nuevas), es necesario ser instruido en el reino de Dios, movernos de la fe de un niño pequeño, a la fe adulta. 
En estos tiempos de relativismo, ¿conoces tu fe?

Un sacerdote narra, "iba yo por los subtes de New York, ahí una persona se me acerca, y me pregunta, si soy cura... -obvia fue mi respuesta.- Ella continua diciendo, que era atea, y continuo diciendo yo... -¿usted leyó el catecismo, las encíclicas y otros documentos?- y me contestó que no, y le dije... -usted no es atea, usted es ignorante."

Llegar al punto en que Jesús tomaba el ejemplo del sembrador, y la semilla como palabra de Dios, requiere un profundo conocimiento de las cosas de Dios, pero no solo conocer... sino amar y sentirse vinculado a él.

Si estas en pareja, o alguna vez estuviste; ¿no te interesó a caso, saber todo sobre él o ella? Dios te conoce y ahora te invita a que lo conozcas.

¿Por qué es importante tu día a día? Porque ahí te habla Dios, porque ahí está él oculto, poniendo en práctica su palabra, y transformando tu corazón.

¿Cómo te darías cuenta que Dios obra en tu día a día? Porque te acerca a la eucaristía, si cada día que pasa o a lo largo de tu peregrinar, descubriste que la eucaristía es tu fuente de alimento, es decir, pasaste del rito dominical a un deseo por estar más con el pan de vida eterna, quiere decir que esta avanzando... y avanzas más cuando, en tu corazón decis "fui a misa, y sentí que el sacerdote me habló a mi" y más aún cuando sentis un inmeso deseo de transmitir "todo lo que él hizo contigo"

Cuando Cristo bajaba todo a un lenguaje digerible, no bajaba las exigencias del reino, pues bien sabrás que el que no tiene el vestido de fiesta, será echado y ahí habrá rechinar de dientes. Cristo quería que el mensaje llegue, pero no sesgado, como diría el Papa Francisco "a la fe se la toma entera, no licuen su fe".

Luego del encuentro está la instrucción y luego el testimonio y la enseñanza a otros, esto no es una opción es un fuego que quema por dentro. Dios quiera que la presencia de Cristo nos lleve a conocer nuestra ignorancia, porque el primer paso para aprender es saber que no se sabe.

María meditaba todo en su corazón, ella también te invita a que en meditación busques la palabra de Dios y su voluntad aplicada en tu situación de hoy.

Tu vivencia es tan importante porque es la materia prima de Dios, él como alfarero va formándote, va moldeando tu ser todo el tiempo, él te ve a vos, él te escucha, pero espera que; a través de la palabra y los sacramentos crezcas en fe y razón/formación (binomio de Juan Pablo II). No te conviertas en un cristiano ritualista, o de fórmulas, hoy Dios te habla, hoy Dios quiere restaurarte en el amor, para que cuando te miren, le vean a él.

Ya María Teresa Gonzalez Quevedo, le decía a María, "madre, quien me mire te vea", seamos vitrales por donde pasa el amor de Dios y cambia nuestro entorno a través de nuestro corazón transformado e instruido.


Al contrario, dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. 1 Pedro 3, 15



Hoy el Señor te llama a que evangelices a que des razón de tu esperanza, a que salgas a las calles y te acerques a esa gente sedienta de Dios, y Dios está haciendo una obra perfecta en vos, Dios no hace una obra de arte para guardarla en una caja... Dios te hace para ganar tu corazón y a través de vos a los demás. Hoy Dios habla en tu vida y a través de tu vida.

Ojalá que puedas quitar de lo nuevo y lo viejo lo necesario para anunciar al Cristo crucificado, muerto y resucitado y lleves la esperanza de vida eterna a todos los que necesiten.

De modo que si alguien vive en Cristo, es una nueva criatura; lo viejo ha pasado y ha comenzado algo nuevo. 2 Cor. 5, 17

Espero que estes motivado en buscar lecturas o espacios que te hagan crecer en la fe, asistas a tus grupos de oración y formación sabiendo que Dios revela sus caminos a los más pequeños.

"La fe siempre es la misma, y fuente siempre de luces nuevas" CIC 
Tu cotidianeidad es la materia prima para la obra de Dios perfecta en tu corazón.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!