lunes, 21 de diciembre de 2015

Entre una duda y un planteamiento

Los caminos de la oración se van perfeccionando en la medida que conocemos las sagradas escrituras, y va madurando a partir de ese encuentro con Cristo.

"No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva" Benedicto XVI

En las lecturas de esta semana (Adviento) tenemos un personaje interesante; Zacarías. En Lucas encontramos un poco de su vida. Él era un sacerdote, casado con Isabel, irreprochable ante Dios y seguidor de su mandato. Dos datos importantes son agregados; no podía tener hijos, y era de edad avanzada.

Podemos caer en la tentación de que por estar en las cosas de Dios, ser irreprochables se dará todo como si nada en nuestra vida, y Zacarías e Isabel, dentro de todo en Dios lo consiguieron todo. ¿Cómo fue este camino?

"Pero el ángel dijo: No temas Zacarías, tu petición ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo..." Lc 1, 13

Y además, continua el ángel;

"Te llenarás de gozo y de alegría, porque será grande ante el Señor" Lc 1, 15

¡Qué alegría podemos sentir cuando nuestras peticiones han sido escuchadas! Ahora bien, no todo es como parece, nuestra naturaleza humana es traicionera, veamos a Zacarías.

1. Hombre irreprochable.
2. Seguidor de los mandatos del Señor.
3. Servidor del Señor.
4. Oró insistentemente

Y qué hace el amigo... DUDA!

"¿Cómo sabré que esto sucederá? Porque yo soy viejo y mi mujer de edad avanzada." Lc 1, 18

En otro BLOG ya te pregunté, ¿cuáles son las promesas que Dios te hace o te hizo? y ¿cómo reaccionamos ante esas promesas?

Fijense, para mis lectores trabajadores en movimientos y grupos juveniles, Zacarías era un servidor del Señor, oraba insistentemente y aún así le plantea al ángel, ¿cómo puedo estar seguro de que lo que decis, es cierto?. DIOS nos libre de nuestro pensamiento lineal (causa efecto acción concreción), Dios cumple sus promesas a pesar de nuestras infidelidades.

Otro gran detalle que nos revela el ángel en este diálogo con Zacarías, es el siguiente;

"por no haber creído en mis palabras, que se cumpliran a su tiempo" Lc 1, 20

Me resuena la palabra tiempo, la promesa de Dios, o lo que Dios quiere darte tiene un tiempo, esa espera debe ser de esperanza y entrega.

Veamos la contraposición de esta actitud, (seguro ya sabes quien se viene)... MARÍA,

"El ángel entró donde estaba María y le dijo: -Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo" Lc 1, 28

No te preocupes, María también se "desconcertó" es decir, no entendió lo que pasaba y sin embargo, el mensaje llegó, cosa que debe alegrarte, los mensajes de Dios llegan a pesar de que estemos preparados o no, nos puede desconcertar, pero su mensaje siempre es atrayente y suave. María, quien en su corazón acepta esto, ella no duda, pero sí plantea una realidad.

"¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?" Lc 1, 34

Una cosa es plantear nuestra pequeñez, nuestra situación a Dios y otra es plantear un "cómo voy a estar seguro de lo que me decis" exigiendo pruebas. Ya el Señor decía que no sabíamos interpretar los signos de su tiempo.

En tu oración no plantees solamente tus dudas, plantea también tus limitaciones, habla con el Señor como Abraham y Dios que tenían un diálogo de amigos. Pedile al Señor que destierre la duda de tu corazón, que te de paciencia con sus tiempos, porque todo se cumple en su debido momento.

¡Qué hermosas son las promesas del Señor que, a pesar de nuestra falta de fe, se cumplen! Es cierto podemos quedarnos mudos por el camino, pero cuando Dios promete, ÉL CUMPLE.

Ahora bien, no confundas ser colaborador con hacedor, ni María, ni Zacarías fueron hacedores de la promesa de Dios, el que hizo las cosas fue Dios. El Señor a vos te pide tu fidelidad, tu oración, y aunque no te guste creerlo, también tus pecados.

La palabra del Señor llegó a mí en estos términos: "¿Qué ves, Jeremías?" Yo respondí: "Veo una rama de almendro". Entonces el Señor me dijo: "Has visto bien, porque yo vigilo sobre mi palabra para realizarla". Jr 1, 11-12

El almendro florece no porque uno así lo desee Jeremías, florece porque llega la primavera y así Dios lo dispone.

Las promesas de Dios florecen, no porque seamos simple hacedores de milagros, sino porque la primavera espiritual, el renacer es parte del plan de Dios. Te llama a que seas colaborador, a que seas servidor, a ir donde el Espíritu te guíe, sabiendo que, a pesar de que no encuentres el sentido a las cosas, estás en plena convicción en el lugar donde Dios te quiere.

Leí en un libro que, a María podemos llamarla Nuestra Señora del No Saber, porque ella muchas cosas no supo, las guardó en su corazón y cumplió a cabalidad su esclavitud para el Señor, empezando por servir a su prima Isabel.

Isabel, que entendía perfectamente que María tuvo un sentir diferente a Zacarías, le dice; 

¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Lc 1, 45

Fijense que la duda, dentro de todo trae a Isabel una mayor convicción. 

"Bendita la crisis que te hizo crecer, la caida que te hizo mirar al cielo, el problema que te hizo buscar a Dios" Padre Pío

Entre duda y un planteamiento, pensá que no siempre vendrán respuestas, pero Dios sí pide tu fidelidad, que el resto florezca es cosas suya y no tuya.

"Dios no me llamó a tener éxito, me llamó a ser fiel" Teresa de Calcuta


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

jueves, 10 de diciembre de 2015

Encontrando a Dios

"Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío." Salmo 41, 2

Todos buscamos a Dios en algún momento, buscamos a ese Dios que todo lo puede, que nos puede conceder eso que necesitamos, todos pasamos por esa etapa, pero así como todo, la búsqueda debe madurar en algún punto de nuestra vida, podemos experimentar lo que dice el Salmo, lo buscamos porque tenemos sed de Dios. ¿Cómo está tu búsqueda de Dios? ¿Se quedó dormida?

"Samuel estaba acostado en el Templo de Yavé, donde se encontraba el Arca de Dios." 1 Sam 3, 3b

El personaje que nos ayudará a meditar hoy la búsqueda de Dios, es Samuel, y la meta es el Salmo. Samuel en este capítulo se encuentra acostado en el templo, otras traducciones hablan de "estaba dormido", y ¡qué gráfico se hace esto!, cuantas veces estamos dormidos en las cosas de Dios, en su templo, trabajamos en movimientos, grupos juveniles, misiones, pensamos que estamos con Dios, pero no estamos buscando a Dios, no lo escuchamos.

En los siguientes versículos, dice las sagradas escrituras que Dios llamó a Samuel, y que Samuel, pensando que era su maestro Elí, iba hasta él y le decía "aquí estoy".A veces ¿confundimos los llamados de Dios con los llamados humanos? En los siguientes versículos encontramos más detalles del por qué de esto.
"Samuel no conocía todavía a Yavé, pues la palabra de Yavé no le había sido dirigida aún." 1 Sam 3, 7

Samuel necesita CONOCER a Dios, y ahí es donde entra el papel del hermano. Su maestro Elí es quien comprende que es el Señor quien habla y lo ACONSEJA, es de Elí que sale la gran enseñanza de "habla Señor, que tu siervo escucha".

¡Qué importante el papel del hermano, del guía, del sacerdote! Este modelo de Elí nos enseña a no dar respuestas, sino a orientar las inquietudes del prójimo a una atenta escucha, y por sobre todo llegar a la meta de ser siervos de él.

La búsqueda de Dios pasa a ser algo más que una simple obtención de algo, sanación física, solución de problemas en la familia, la búsqueda de Dios pasa a ser una búsqueda del alma que tiene que ir a un canal de agua que calma la sed.

La fe madura cuando dejamos de querer ser receptor de algo, para ser servidores de alguien. 

"Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero hiciste que te escuchara; no pides holocaustos ni víctimas. Entonces yo digo: Aquí estoy, para hacer lo que está escrito en el libro acerca de mí. Amo tu voluntad, Dios mío, llevo tu ley en mi interior." Salmo 40(39) 7-9

En este tiempo de espera y búsqueda del Señor, podemos reflexionar sobre el amor a su voluntad, a la escucha de su voz y su palabra, y redescubrir nuestra misión.

"Acerquénse a Dios, y él se acercará a ustedes" Santiago 4, 8a

Tomar la iniciativa y dejar que Dios haga el resto, pero en una búsqueda para el cambio, porque de nada sirve si no estamos dispuestos a renunciar a eso que nos aleja de Dios, a lo que nos vuelve sordo y simplemente receptores de algún bien por parte de él.

Los elementos necesarios son; 
1. Despertarnos (dormimos en el templo)
2. Conocer la palabra (Y si nadie nos predica ¿cómo invocarla?)
3. El consejo del hermano (Como lo hizo Elí)
4. La escucha (Habla SEÑOR)
5. El servicio (Después del encuentro, nos queda más que la voluntad de Dios que se abre al prójimo)

Y seguir buscando de alma y de corazón a Dios, hasta que él nos encuentre.

"Y el que está sentado en el trono dijo: "ahora lo hago todo nuevo"" Apocalipsis 21, 5a