martes, 5 de agosto de 2014

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Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: "Me ha dicho todo lo que he hecho." (Jn 4, 39)


A veces no hace falta grandes discursos para predicar la palabra de Dios. Con el ejemplo de la samaritana podemos llegar a entender que se trata de siemplemente decirle al otro, "me ha dicho todo lo que he hecho", es decir el Señor, en un encuentro me dijo que me conoce y aún así me llama por mi nombre.

Este texto tiene una vigencia en el presente, ya que en los tiempos que estamos viviendo hay enfermedades, injusticias en el gobierno, guerra, y otros males que atormentan la paz, y sin que eso nos tire para abajo el ánimo, hace falta la voz de esa samaritana para que muchos otros crean en él.

Leí en un libro que decía, cuando uno quiere dar consuelo lo primero que trata es de justificar a Dios, y en su justificación queremos primero justificar nuestra fe débil. Pero en esa fe débil el Señor no deja de actuar, de una u otra forma él se manifiesta, él en el prójimo dice "dame de beber".

Esta reflexión está dirigida a todos los que sientan el llamado (según su carisma) a la conversión de corazones para Cristo y que hoy más que nunca podemos recordar lo que decía el Papa Francisco:

"No se queden balconeando en la vida, no sean simples expectadores. ¡Jueguen en el equipo de Cristo!"

¡La samaritana hizo eso! y en la palabra dice, que muchos creyeron por haberla escuchado.

En la lectura del domingo 3 de agosto de 2014, el Señor nos dice:

 "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos". (Mt. 14, 16)

Aquí es donde retomamos esa misión en estos tiempos de crisis, aquí es donde nos volvemos a lo simple, en donde "kerigma" actua, esa vivencia de lo cotidiano iluminado por la presencia de Cristo, a pesar de que el mundo nos quiera decir que él no existe, o que solo es una etapa de la vida.

Se podría profundizar más el libro de Hechos en el capítulo 4, pero me quedo con esta cita:

No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído. Hc 4, 20

Habrá cosas que no podremos explicar, y otras que no nos correspondan, pero hoy el mundo necesita escuchar de nosotros "todo lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas".


¡Qué Dios te bendiga y mucha fuerza en tu tarea de evangelización!

P.D.: Recordá que la Samaritana pidió el agua de Cristo, esa agua es el binomio que Juan Pablo II nos decía "Formación y Espiritualidad". Apostoles mejores formados, mensaje mejor entregado :)


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