viernes, 24 de abril de 2015

Señor, hoy no te sirvo

Simón (de Cirene) iba muy encimismado luego del trabajo. ¿Qué le habrá pasado ese día? ¿Se levantó tarde, lidió con algún problema de tráfico, semáforo inteligente? ¿Quería, Simón, que se acabese el día para volver a su casa?
Era ya viernes cuando decidió terminar su jornada laboral y partir rumbo a su próximo destino. Solo que no sabía que su camino, era el camino de la cruz del otro.
"Cuando le llevaban a crucificar, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo y le obligaron a ayudarle a llevar la Cruz" (Lc 23,26).
Simón no estaba contento de hacerlo;- ¿Qué tengo que ver yo con él? se pudo preguntar, y sin embargo le obligaron a ayudar al otro.
El otro sin nombre y sin historia para él, lo miró, y cuando le dio su cruz, Simón comprendió... 
Su camino a su hogar era el errante, su camino era otro, y la cruz que cargó no era del que estaba con ella acuesta, era la suya. Simón al ayudar, se ayudó y lo que al principio parecía desgracia, quitarse de sus planes, se volvió en el plan perfecto.
¿Será que Simón fue la súplica de la Madre? Ella lo veía todo y una vez más María pudo haber escuchado "mujer, ¿qué tengo que ver con esto?" y sin embargo, Simón tenía todo que ver.
La 5ta estación de tu vida se convierte en el epicentro de tu vida, la unión perfecta de tu camino con el camino de Jesús, ese encuentro impetuoso, obligado por las leyes de otros, injustas podríamos decir, esos soldados amenzandote que si no cargabas con la cruz, terminarías como él, y como Dios hace todo perfecto, terminar como él es lo que todos deseamos.
¿Cómo era Simón? Iba en su mundo, camino a su destino, insencible a lo que ocurría, tenía en el pensamiento "el mejor no me meto". Vienen sus agresores y lo violentan a que ayude al otro, se niega a hacerlo, se ve amenzado, se ve perdido, rechaza el dolor ajeno, pero acepta, acepta sin saber el dolor del otro, se acerca a la cruz con miedo, y ve al Señor.
Podríamos decirle al Señor "Hoy, no te sirvo", tengo facultad, trabajo, problemas en mi casa, voy rápido a terminar lo que debo hacer, vengo de un largo día de trabajo. Podemos mirarnos dentro y decir, "así no sirvo, así nada soy".
Los planes de Dios son misteriosos, obligados y violentados llegamos a la presencia de Jesús, y nos acercamos a él y vemos que la cruz que lleva nos parece conocida, es similar a nosotros, es más, sabemos cuanto pesa, donde están las astillas más filosas, esa cruz es tan mía y de verdad, no servimos para cargar la cruz.
El Señor hoy te invita a una entrega sin tiempo, ni fecha de caducidad, te invita a que tu camino apresurado por las metas de esta tierra, se una a un camino de salvación. Él fue quien te llamó, y ahora te manda a cargar con la cruz de otro, por un tiempo con su ayuda.
No solo Cristo es tu cireneo, te insta a ver la cruz del otro y cargarla por un trecho, te llama a la no indiferencia del sufrimiento ajeno, te llama a amar esa cruz de salvación. Él cambia tu peso para que vos seas lo mismo para el otro.
No le digas al Señor, "hoy no te sirvo". El Señor sabe eso, pero servis para alivianar cargas a otros, solo uno es el redentor, solo uno puede eliminar toda carga y dolor, a vos te llama a despojarte de tu cruz en Cristo, para ayudar a otros a hacer lo mismo. Del dolor se aprende.
Simón iba por el camino pensando "hoy no le sirvo a Dios" tengo que llegar a casa, pagar las cuentas, terminar esta y la otra tarea, tengo que descansar, tengo que ser féliz. Jesús le dice; sé para otros lo que yo soy para tí.
María, que lo ve todo, está intercediendo por tu corazón, para que seas consuelo del otro, porque solo así cuando ella te vea, verá a Jesús en tu vida.
Si eres Cirineo por amor, la carga no es carga, es bendición, pero si eres Cireneo por obligación el dolor ajeno es carga que hunde.
 “Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón y sus almas encontrarán descanso” Mt 11,28-29.
QUE DIOS TE BENDIGA
Te invito a agradecer por los cireneos en tu vida (rezá por ellos, enviale un mensaje de esperanza), agradece en especial por Jesús, también por todos aquellos por quienes vos podes ser un cireneo también. Pero no desesperes... la siguiente estación del vía crucis, Verónica enseña un modelo diferente de compadecerse por los demás.

2 comentarios:

  1. Hay veces que uno no pide una explicación para ciertas cosas que le suceden porque parecen lógicas, pero leyendo hoy el blog entendí la importancia de ser Cireneo, no sólo en momentos de sufrimientos sino en el día a día, gracias Ed por compartir de manera tan clara esta quinta estación. Que tengas un día lleno de bendiciones

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  2. Gracias Ed! Me iluminaste con esta meditación!

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