martes, 22 de octubre de 2013

Hablar de Dios, hablar con Dios, escuchar a Dios.

"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado." Jn 17, 3

Cuando veo tantas frases de Paulo Cohelo, Steve Jobs, y otros grandes pensadores, me hace reflexionar que, si bien no se le conoce personalmente a la persona, a través de sus ideas, uno termina haciendo una imagen de lo que piensa y siente, y sus pensamientos sobre innovación, vida y proyectos.

Así también pienso que las personas pueden hablar de ellos e inferir nuevas ideas a partir de los principios de sus propias palabras, así es como el visionario Steve Jobs dejó un lineamiento para su compañía.

Ahora bien, si llevamos esto al plano espiritual, me hago el cuestionamiento, ¿conozco realmente a mi Dios?.
¿Conozco a ese visionario de mi propia vida? Y si bien estas preguntas están formuladas en primera persona, se puede extender a preguntarme si mis propios hermanos conocen realmente al Dios que se nos revela en Cristo.

Creo que es una tentación de las personas que trabajamos o activamos en movimientos, hablar mucho de Dios tal cual hacen los sucesores de estos grandes pensadores pero es cierto que, para nosotros no es suficiente hablar de Dios, sino más importante es, hablar con él.

"Les añadió una parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?»" Lc. 6, 39

Imposible amar lo que no se conoce, dice la frase que habrás escuchado más de una vez, y en Juan, Jesús nos dice que la vida eterna está en conocerle a Dios.

Si queremos conocer a Dios la clave está, en el libro de Éxodo.

"Dios hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo, y después Moisés regresaba al campamento. Pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, nunca se apartaba del interior de la tienda." Ex. 33, 11

Fíjense en lo que Moisés hace, habla con Dios, más literal Dios es el que HABLA. Para conocerlo, no basta solo hablar de él, sino con él, y si profundizamos un poco más, no es tanto lo que nosotros decimos, sino lo que él tiene para decirnos. Si bien esto fue tema de otro blog (te invito a que los leas si aún no lo hiciste).

El foco central de este blog es llegar a que, para conocer a Dios, debemos conocer su palabra, ahí está su forma de pensar, actuar y su revelación como Padre (no de la misma forma que es un padre terrenal)

La segunda lectura del domingo 20 de octubre, habla sobre la palabra de Dios. Pablo enseña a Timoteo sobre la riqueza de conocer a Dios.

"Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús." 2 Tim. 3, 15

Más importante es recordar que en el siguiente versículo, nos da la aplicación práctica de conocerle a Dios en su palabra:

"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justiciaa fin de que el hombre de Dios sea perfecto (apto), equipado para toda buena obra." 2 Tim 3, 16

Creo que esto fue uno de los aprendizajes, que aún debo seguir trabajándolo en mi, para la convivencia en los movimientos, grupos, trabajo y familia. De la palabra de Dios en el corazón del hombre nace la intención de, enseñar, reprender, corregir y justicia, para que en mi se dé la perfección de Dios y su obra buena.

Te invito a que mires atrás y te situes en cada momento en el que tuviste que enseñar, ¿enseñaste con la base de la palabra de Dios?, cuando tuviste que hacer la famosa "corrección fraterna" ¿te apoyaste en la enseñanza de Dios?, cuando buscaste la justicia, ¿lo hiciste con la balanza de misericordia de Dios?

Hablar de Dios, no es lo mismo que hablar con él, y hablar no siempre es igual a escucharlo.

"La Palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón." Hebreos 4, 12

Si en tu corazón se anida el deseo de conocer a Dios, leerás su palabra... porque será tu deseo conocer a ese quien te creó con un propósito.

Dios siempre tiene algo para decirnos, la Iglesia Católica tiene lecturas para todos los días, y en su palabra Dios mismo se va pintando el rostro de ese padre que guía a sus hijos por el buen camino.

¿Cómo amar a Dios y desconocer su palabra? ¿Cómo conocer a Dios sin conocer su palabra? Ahora bien, recordemos que leer todos los días las lecturas de la biblia ocasiona algo en nosotros, y aquí cierro con dos lecturas, ambas buenas para el hombre con la mirada puesta en Dios.

"Así como la lluvia y la nieve caen de los cielos, y no vuelven allá, sino que riegan la tierra y la hacen germinar y producir, con lo que dan semilla para el que siembra y pan para el que come, así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié." Isaías 55, 10

Y que se confirma en el libro del Apocalipsis:

"Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y fue en mi boca dulce como la miel; y cuando lo comí, me amargó las entrañas." Ap 10, 10

La palabra de Dios te transforma, es esa lluvia fina que cae poco a poco, pero que luego de un tiempo termina empapándote. Te es dulce porque te agrada, pero amarga porque te exige un cambio, ser un hombre nuevo.

¿Qué hacer ahora?... google: "evangelio del día" y dejar que Dios Padre riegue tu tierra TODOS LOS DÍAS HASTA QUE EL HÁBITO GENERE UNA NECESIDAD.

"Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes." Dt. 30, 14

¡Qué Cristo te siga colmando de sus bendiciones!


2 comentarios:

  1. Me encanto. Esta excelente, muy instructivo y muy nutritivo. Felicitaciones

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  2. Hay que leer siempre sabiendo que el Verbo se hace carne y habita en nosotros.


    Algun dia verás, que de tanto estar a los pies del Señor escuchando, te convertirás en Él mismo.

    Me gustó!!! Paz y Amor para tu corazón es ki deseo!!!

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